Sí. Estudios de la Universidad de la República (UDELAR) demuestran que el campo natural tiene una alta capacidad de regenerarse en el campo luego del uso forestal. Incluso, la recuperación es más rápida que en los casos de agricultura intensiva.
La importancia del campo natural uruguayo
El campo natural es el principal ecosistema natural del país, tanto por su extensión como por su diversidad biológica y su aporte al ecosistema.
Exceptuando la pesca, casi todo el desarrollo productivo del país se ha realizado a expensas del campo natural, con procesos de transformación impulsados inicialmente por la agricultura extensiva, hace más de un siglo.
Desde entonces, son muchos los estudios que han investigado el funcionamiento del campo natural, entre ellos muchos analizan los cambios en la composición de la vegetación luego de que el suelo es intervenido por la producción agropecuaria (pastoreo o rotación para cultivos agrícolas).
En todo caso, los estudios concluyen que el campo natural tiene una alta capacidad de regeneración. De hecho, en numerosas ocasiones, luego de transcurrido un lapso considerable, es prácticamente imposible diferenciar un campo que fue transformado y luego se regeneró, de otro que no tuvo intervención humana.
Innovando en el área forestal
“En UPM tomamos la iniciativa de estudiar este aspecto tan relevante para la sostenibilidad del sistema. Desde hace diez años, en conjunto con la Universidad de la República, evaluamos diferentes situaciones de sistemas forestales que se revierten hacia sistemas pastoriles” explica Iván Grela, coordinador de Biodiversidad de UPM Uruguay.
Esto resultó en un proyecto de investigación de la Facultad de Agronomía de la UDELAR, al que luego se sumaron dos tesis de Maestría de la misma Facultad, una sobre vegetación y otra sobre el banco de semillas del suelo.
El proyecto se enfocó en identificar el potencial que tiene la vegetación de campo natural para regenerarse luego del uso forestal. Para ello, se estudió cómo evoluciona la vegetación en áreas que solían tener cobertura forestal de Eucalyptus o Pinus durante 12 y 20 años; y se comparó con zonas adyacentes de campo natural.
Los resultados revelan que, más allá de las características particulares de cada predio, todos muestran una tendencia a que la vegetación herbácea se regenera de forma similar a la de un campo natural restablecido.
En los casos de la agricultura, se observa que, al principio, predominan malezas anuales. Después aparecen especies perennes de vida corta (2-3 años) y luego, con el tiempo, especies perennes de vida larga que indican la recuperación final hacia un campo natural similar a su estado previo a la intervención (denominado campo restablecido).
A diferencia del caso anterior, en la forestación, se observa un aumento más rápido en la riqueza, diversidad y cobertura de especies perennes nativas después de la cosecha, con una baja presencia de malezas, lo que indica una recuperación más rápida en comparación con la agricultura.
Al comparar las áreas de campo natural regeneradas (previamente forestadas) con los predios sin intervención, hay similitudes en la cantidad y diversidad de plantas, aunque diferencias en qué tipos de plantas están presentes. Los estudios demuestran que estas diferencias tienden a disminuir con el tiempo.
Como conclusión, los estudios realizados indican que es posible un restablecimiento de la vegetación de campo natural luego de al menos dos turnos de plantaciones forestales para celulosa, sin necesidad de medidas especiales de manejo luego de la cosecha.